Yin Zheng Hui

Yin Zhenghui, un hombre recio de Hunan, ve cómo su historia empresarial se despliega lentamente como un magnífico pergamino en el largo río del tiempo. A principios del siglo XX, con esperanzas e incertidumbres sobre el futuro, emprendió con resolución un viaje hacia el sur.

Cuando llegó a Guangdong, el entorno desconocido y las duras condiciones laborales no lo amedrentaron. Trabajó diligentemente desde la base en la fábrica. En su tiempo libre, después del trabajo, estudiaba con esmero la tecnología de producción de láminas de acrílico. Tras la jornada laboral, mientras sus compañeros dormían, él se dedicaba a realizar experimentos en el taller, explorando las características de los materiales y la esencia del proceso de fabricación. Su esfuerzo finalmente dio frutos. El dueño de una fábrica de accesorios para el cabello descubrió sus excelentes habilidades y lo contrató como consultor técnico. Desde entonces, el Sr. Yin se ha dedicado con ahínco a la investigación y el desarrollo, logrando que la fábrica, hasta entonces desconocida, destacara rápidamente en la industria local. Dos años después, Yiwu, una próspera ciudad industrial, atrajo al joven Yin Zhenghui. En la etapa inicial del emprendimiento, las condiciones eran limitadas y había muy pocos socios.

El Sr. Yin siempre se mantuvo fiel a su propósito original de iniciar un negocio, se aferró a sus ideales y buscó la excelencia en la calidad sin renunciar jamás a este principio. Con su tenaz perseverancia y sus incansables esfuerzos, su carisma —una personalidad fuerte, centrada, segura y afable— atrajo cada vez a más colegas emprendedores con ideas afines a unirse a la operación de la fábrica.